27 de febrero de 2023.
Para lograr buenas mezclas de concreto en obra, que requieran volúmenes considerablemente pequeños de concreto, no necesariamente se requiere de concreto premezclado. El concreto hecho en obra es el de mayor empleo en la edificación y vivienda, sin embargo, pocos cuidan el proceso para asegurar la calidad.
En primer lugar, debe asegurarse que los materiales a utilizar (cemento, agua, grava, arena, aditivos) se encuentran en óptimas condiciones para su uso:
Como es bien sabido, no debe usarse cemento que contenga grumos que no puedan deshacerse con los dedos, ya que representa un inminente inicio de hidratación, y al utilizarlo, se corre el riesgo de que no cumpla con la resistencia esperada.
Los agregados (arena y grava) deberán estar limpios, libres de arcilla, madera, raíces u otro material o residuo vegetal o animal. En caso de estar sucios, deben lavarse y permitir secar el exceso de humedad. De preferencia utilizar arena y grava caliza densas, que darán más resistencia a los temblores. Evita el tezontle y otras piedras porosas. La arcilla, basura, salitre y aceite provocan baja resistencia y agrietamientos.
Dentro de lo posible deben evitarse el exceso de partículas planas y alargadas, ya que necesitan más agua que los agregados compactos, redondeados, y por consiguiente un mayor contenido de cemento para mantener la misma relación agua-cemento.
El agua que se va a usar, de igual manera debe ser limpia, libre de jabones, grasas, y aceites; generalmente el agua de la red, es apta para preparar el concreto.
En el caso de los aditivos, debe tenerse principal cuidado en su fecha de caducidad, evitarse la sobredosificación, ya que puede llegar a ser contraproducente, y de preferencia evitar aquellos que tengan exceso de cloruros, ya que éstos contribuyen a la corrosión del acero de refuerzo.
Segundo: Las proporciones de los materiales deben respetarse para obtener la resistencia deseada. Para ello, existen guías o recomendaciones que los fabricantes de cemento realizan, para obtener las resistencias adecuadas, de acuerdo al elemento a colar.
Recuerde: antes de hacer cualquier mezcla, se necesita saber la resistencia del concreto por centímetro cuadrado, y con ello conocer las cantidades necesarias de materiales.
Por ejemplo, el concreto de 100 kg/cm2 puede usarse en guarniciones, banquetas y firmes. El concreto de 150 kg/cm2 se utiliza en pisos, cadenas y castillos. Y el concreto de 200 – 250 kg/cm2 se recomienda en losas, trabes, zapatas y losas de cimentación.
El concreto se hace de una mezcla de ¾ partes de arena y grava y la otra cuarta parte de agua y cemento. (75% de arena y grava y 25% cemento y agua).
El uso de agua de mezclado en exceso, diluye la pasta, debilitando las cualidades del concreto. Por tal motivo, es importante que el cemento y el agua sean usados en las correctas proporciones para obtener los mejores resultados.
Tercero: Es importante la forma en cómo se llevará a cabo el mezclado de los mismos. Es recomendable realizarlo en una unidad mezcladora (trompo), ya que, si se hace con pala, no se logra una buena homogeneidad de la mezcla y se consume aproximadamente 20% más de cemento.
En dado caso que no se consiga la unidad mezcladora, debe asegurarse de realizar el concreto en una superficie limpia y con condiciones ambientales no tan agresivas (como el exceso de viento, o sol), para conservar lo mejor posible las propiedades de los componentes.
Cuarto: La medición de los materiales es muy importante. Se debe procurar utilizar recipientes del mismo volumen, por ejemplo, botes de 19 litros. y en el caso del agua, debe existir uno exclusivo para ella, con una marca que indique el volumen especificado. Este recipiente debe mantenerse limpio y no tener fisuras.
Recuerde que la arena y la grava no se deben medir a paladas ni a carretilladas ya que siempre quedan llenas con cantidades diferentes; para medir se debe usar un mismo recipiente.
Todo concreto debe mezclarse completamente hasta que tenga una apariencia uniforme, con todos los materiales bien distribuidos.
Quinto: Para colocación del concreto debe de tenerse en cuenta que la cimbra debe estar húmeda. El acero de refuerzo debe colocarse adecuadamente, y en caso de ser posible, utilizar espaciadores para evitar que se mueva.
El tiempo máximo para colocar un concreto recién mezclado, debe ser de 30 minutos. Si el concreto comienza a secarse por demoras en la colocación, no debe agregarse agua para intentar regresar su trabajabilidad. Si el concreto ya inició a fraguar y no se ha colocado, debe desecharse.
El concreto no debe dejarse caer de alturas superiores a 1,5 m, porque se produce gran segregación. En estos casos, se debe bajar por medio de canaletas inclinadas; aunque, si la cantidad de concreto a colocar es pequeña, pueden ocuparse botes.
Sexto: Para lograr reducir a un mínimo la cantidad de vacíos, los cuales son producto del aire en el concreto, se debe llevar a cabo una buena compactación. Esto se realiza ya sea mediante el uso de vibradores mecánicos o en su defecto, con varillado.
Este paso es importante, pues, de no efectuarse, existe la posibilidad de que se incremente la permeabilidad del concreto, debido a las oquedades que se presentan. Asimismo, éstas pueden provocar tanto un defecto visual llamado “hormiguero”, como una disminución del contacto entre el concreto y el acero.
También debe cuidarse de no vibrar o varillar en exceso, ya que ello puede provocar segregación.
Y por último, (pero no menos importante), debemos tomar en cuenta que el concreto necesita curarse. El curado debe comenzar tan pronto como sea posible, después de compactar el concreto y, en todos los casos, antes de que la superficie haya tenido tiempo de secarse. El proceso consiste en evitar que el agua de amasado se evapore, para obtener las resistencias máximas.
La hidratación es de vital importancia, principalmente los primeros 7 días. Agregar agua (limpia, sin contaminantes que puedan deteriorar el concreto) de forma directa con una manguera es el método más común a nivel residencial, o ya sea colocando cubiertas húmedas saturadas, como tierra, arena, aserrín o paja.
La elección del método, dependerá de lo que se disponga en obra; siempre que se procure realizar el curado la cantidad de días que se indica, para lograr los objetivos deseados.
Tomando en cuenta todas estas recomendaciones, puede obtenerse concreto de buena calidad, que cumpla con los requerimientos de diseño de cada proyecto y, sobre todo, nos ayudan a evitar sobrecostos, demoliciones, riesgos estructurales, grietas, filtraciones y muchos otros problemas.